miércoles, 11 de agosto de 2010
Cnl. Agustin Codazzi
Militar de oficio, viajero incansable y “geógrafo de corazón”, así lo define la historia venezolana y colombiana. Agustín Codazzi nace en Lugo (Italia) el 12 de julio de 1793. A la edad de 17 años, cuando se preparaba para ingresar en la Universidad de Bolonia para cursar estudios de derecho, cambia de opinión y decide alistarse en uno de los cuerpos militares que se formaban en Italia para combatir a los ejércitos de Napoleón Bonaparte. Después de la batalla de Waterloo (junio de 1815) y del derrumbe del imperio napoleónico, Codazzi, se dirige hacia Constantinopla donde se encuentra con un amigo suyo, el capitán Constante Ferrari. Juntos, emprenden un viaje de aventuras por el norte de Europa; atravesando Grecia, Moravia, Valaquia, Rusia, Polonia, Prusia, Suecia y Dinamarca, llegando hasta Holanda. En este último país, decide embarcarse hacia Estados Unidos, para participar en el proceso de independencia latinoamericano, como Comandante de Artillería.
En 1819 conoce en Bogotá, al líder de la independencia latinoamericana, Simón Bolívar y debido a su convicción republicana desempeña diversos cargos militares en Venezuela. Tras la disolución de la Gran Colombia (1829-1830), José Antonio Páez, General en Jefe de la Independencia de Venezuela, le encomienda el levantamiento de un mapa de su país, elaborando no solo datos geográficos, sino físicos y estadísticos de cada región.
Según la historia, Agustín Codazzi tenía siempre un inmenso deseo de conocer, pero especialmente, una gran capacidad de sistematizar y cartografiar lo que observaba. Durante 10 años (1830-1840) en su condición “oficial facultativo”, nombrado por el gobierno de Venezuela, realizó un exhaustivo y gran trabajo. En opinión de los estudiosos de la Sociedad Geográfica de París, lo revisado daba para 12 tomos de geografía y estadística, además de un tratado de agricultura tropical. Es por ello, que finalmente se edita en 1841 en París un Resumen de la Geografía de Venezuela, pero el proyecto original se dividía en tres partes: Geografía Física, Geografía de las Provincias y Geografía Política. En 1841 también se publica el Atlas físico y político de la República.
Expertos venezolanos apuntan que “hasta la publicación de su obra, el territorio de la República de Venezuela, geográficamente hablando, se presentaba a una escala que no permitía aproximaciones en detalle de las provincias que, para ese entonces, tenía el país. El trabajo de Codazzi subsana este problema, ya que tanto su Geografía de Venezuela como el Atlas, permiten tener una visión del conjunto del país no conocida hasta ese momento”.
En el Resumen de la Geografía de Venezuela, Codazzi señala que en el país se “observan tres grandes regiones geográficas que deben ser puestas en paralelo para apreciar con exactitud las diferencias que presentan bajo el respecto de su configuración”, estudiosos afirman que Codazzi se refería a los “sistemas de montañas de los Andes (los llamaba parte alpina del territorio venezolano), al de la Costa (la cordillera costanera) y en la Guayana, y es del todo independiente de los otros dos”. El geógrafo italiano no se limitó al relieve, también reflejó el aspecto hidrográfico y uso del territorio.
En cuanto al Atlas Físico y Político, el geógrafo realizó 19 cartas que comprenden 30 mapas. Mostró un mapamundi histórico y carta de América, así como las 13 provincias en las que estaba dividida Venezuela en esa época. Codazzi también realizó otros documentos como Catecismo de la Geografía de Venezuela, un texto escolar presentado en forma de preguntas y respuestas.
En 1849, Agustín Codazzi continúa su labor de cartógrafo, pero esta vez en la Nueva Granada (Colombia). El entonces presidente Tomás Cipriano de Mosquera, le propuso hacer un trabajo similar al de Venezuela. Codazzi se comprometió en seis años, a realizar una descripción completa del país y levantar un mapa corográfico de cada una de las 36 provincias en que estaba dividido el país en ese momento. Además, después de cada expedición debía presentar un informe sobre el curso de los ríos, caminos, puntos militares, etc.
Codazzi contó con varios especialistas a su cargo, quienes formaron en 1850, la Comisión Corográfica. Esta comisión tuvo como objetivo registrar los recursos naturales de la Nueva Granada, la topografía, el clima, el relieve, la geografía humana, y en especial hacer la cartografía de todo el país. Para emprender esta obra, Codazzi contó con Manuel Ancízar, político, escritor, periodista y profesor colombiano, quien se expresaba del italiano como “mi compañero de viaje que me reunía en el acto de cerrar su cartera en que sin detener la marcha, apuntaba sus observaciones y fijaba las bases de nuestras futuras tareas”.
Cuenta el sociólogo e historiador colombiano, Efraín Sanchez, que “en su primera etapa la Comisión Corográfica exploró las provincias que hoy componen los departamentos de Boyacá, los dos Santaderes, Antioquia, Chocó y Nariño, finalizando con Panamá. También se realizó una expedición internacional con la participación de Inglaterra, Francia, Estados Unidos y la Nueva Granada para determinar si era posible abrir un canal interoceánico por el istmo del Darién”. Esta expedición permitió a Codazzi determinar “con admirable visión futurista, dónde cuándo y por quién se abriría el Canal que ha unido a los dos océanos”.
En 1854, la Comisión Corográfica continúa su trabajo, estudiando los actuales departamentos del Valle, Cauca, Meta, Casanare, Arauca, Caquetá, Huila, Tolima y Cundinamarca. Una vez que finaliza sus operaciones topográficas en la región central y sur de Colombia, en 1858 comienza a trabajar en la parte norte, descendiendo por el río Magdalena hasta la laguna Zapatosa y río César. Sin embargo, no pudo continuar con su labor ya que en 1859 le sorprendió la muerte en el pueblecito Espíritu Santo, que actualmente se llama Codazzi, ubicado entre Chriguaná y Valledupar, región fronteriza con Venezuela.
No obstante, la Comisión Corográfica continuó trabajando y después de 40 años se llegó a publicar el último de sus mapas. Asimismo, dejó una de las más “bellas colecciones de pintura de su tiempo en América Latina, el Álbum de Antigüedades y Costumbres Nacionales”, que guarda actualmente la Biblioteca Nacional de Colombia.