viernes, 27 de diciembre de 2013

LA SEGURIDAD EN LA MONTAÑA

La seguridad en la montaña está íntimamente relacionada con una buena preparación del montañista en todos los aspectos: preparación física, el conocimiento del lugar, y la experiencia... Recomendaciones NO IR SOLO A LA MONTAÑA Es un gran error en el que pueden caer tanto principiantes como los montañistas más expertos. Ir a la montaña siempre presenta ciertas dificultades y peligros, pero hacerlo solo los multiplica. No deben hacerlo ni las personas más preparadas, y mucho menos los principiantes En caso de accidente es vital que un compañero pueda socorrernos y/o en casos graves, avisar a los servicios de emergencia. El número mínimo ideal es tres (3) personas (Mientas uno asiste al accidentado el otro busca ayuda) AVISAR LA RUTA Y LA HORA DE REGRESO En todo caso al organizar una ruta se debe informar a familiares o a amigos cual es la ruta que se va hacer y la hora estimada de regreso. En caso de que el montañista no dé señales pasada esa hora, la familia o los amigos puede avisar a los servicios de emergencia o a otros compañeros montañistas que no fueron en esa oportunidad y podrán comenzar la búsqueda a partir de la ruta que programaron. NO SALIR SI LAS CONDICIONES CLIMATOLÓGICAS NO SON LAS IDEALES El mejor día para ir a la montaña es uno despejado y con el pronóstico favorable, o mejor aún, con algunas nubes que protejan del sol. Sin embargo siempre hay que ir preparado si este pronóstico cambia Equipo de seguridad adicional • Teléfono Celular con batería suficiente y saldo • Botiquín de primeros auxilios • Suficiente comida y bebida para la ruta • Linterna y pilas de recambio • Silbatos (usar en caso de pérdida) • Manta térmica o abrigo • Poncho o impermeable • Navaja o cuchillo • Cordino • Pedernal

viernes, 28 de junio de 2013



"El Salto Angel"



Jimmie Ángel, piloto norteamericano que dio a conocer universalmente el Salto que hoy lleva su nombre, "El Salto Angel"  había aterrizado en la meseta del Auyantepuy. Era un fangal cubierto de gramíneas, lo que hizo que el avión se hundiera. Aclaró el día 9 de octubre de 1937 y todo estaba dispuesto. 







El despegue se efectuó sin tropiezos, a las 11 y 20 a.m., llegando a los 15 minutos a la meseta, la cual sobrevolaron por escasos minutos antes de proceder al aterrizaje. No podía ocultarse la emoción que embargaba a los osados presentes ante la gran incógnita de posarse sin dificultades en el Auyantepuy. Tan dispuesto iba Jimmy a efectuarlo, que una vez alineado el avión con la supuesta pista y de que el terreno lucía propicio, cortó motor, magnetos, y todos los switches fueron pasados a off; la suerte estaba echada... El "Flamingo" dócilmente comenzó a rozar la superficie con sus tres ruedas -en posición perfecta de un aterrizaje de tres puntos- y dejando una huella con sus cauchos entre los mogoticos de hierba, pero cada vez más profundas a medida que crecía la velocidad y las alas perdían su sustentación. Todos guardaban un elocuente silencio hasta que se oyó una voz. Era la de Gustavo Heny, quien desde el fondo de la cabina gritaba: Pull-out Jimmy... pull-out... Coincidió la alerta con un pequeño salto del avión antes de caer en un terreno más blando aún, y esto trabó su tren delantero y con la inercia levantó la cola hundiéndose el morro hasta el eje del motor y quedando en esa posición, como si dijera: Auyantepuy, ante ti me rindo... 

 


 Eran las 11 y 45 a.m. Dentro de la cabina se produjo cierta confusión, pues se rompió el "cinturón de seguridad" de Gustavo Heny, que era de mecate o cabuya. Su larga humanidad -1,90 metros- pasó entre Miguel y María, yendo a caer a horcajadas sobre Jimmy, donde, con el volante y el panel de instrumentos, quedaron incómodamente trabados. A instancias de Jimmy, María y Miguel saltaron del avión, mientras él y Gustavo salían -prácticamente gateando- por la puertecita delantera, pues aunque con poca gasolina, ésta se filtraba por una de las alas que servía de apoyo al avión en tan incómoda posición. Afortunadamente no se produjo fuego en el avión, debido a las precauciones tomadas por Jimmy, y aparte del susto al ocurrir el accidente, los cuatro pasajeros se encontraban sanos y salvos. Constatando esto, su primera labor fue enderezar el avión utilizando el mecate que llevaban, lo ataron a la cola y tiraron de él.



El examen preliminar de la nave reveló la ruptura de una tubería del radiador del aceite del motor y una pequeña abolladura en el ala izquierda, lo cual hubiese sido fácil de reparar. Donde estribaba la mayor dificultad, y que no estaba entre sus posibilidades, era el sacar el avión del atolladero, pues se encontraba asentado sobre el fuselaje con su tren de aterrizaje completamente enterrado en la blanda superficie. Y asi permanecio desde 1937 hasta 1970 en la meseta del Auyantepui

Las FAV lo rescataron en esta fecha, 1970 y lo expusieron en el Museo Aeronáutico de Maracay, donde lo restauraron y construyeron una réplica y luego lo devolvieron al Estado Bolívar, en cuya capital permanece exhibido, en el Aeropuerto Tomas de Heres.